Por otro lado, la adaptación climática se refiere a los esfuerzos para ajustar los sistemas humanos y naturales frente a los efectos adversos del cambio climático, minimizando sus impactos negativos o aprovechando oportunidades potenciales. Estos esfuerzos incluyen la implementación de infraestructuras resilientes, la gestión del agua, la protección de ecosistemas y la modificación de prácticas agrícolas para hacer frente a eventos extremos como sequías, inundaciones y tormentas intensas. Todos los sectores del país — privados, públicos, comunitarios y escolares — se tienen que adaptar.  FiFCO es una empresa comprometida con la descarbonización y reconoce que la adaptación es fundamental para sostener su éxito a largo plazo. Nestle, igualmente se compromete y además incentiva que los jóvenes contribuyan activamente a ambos.

La descarbonización y la adaptación están profundamente interconectadas. Mientras que la descarbonización busca mitigar las causas del cambio climático, la adaptación se enfoca en enfrentar sus consecuencias inevitables. Ambos enfoques deben trabajar en conjunto: si no reducimos las emisiones, los efectos del cambio climático serán más severos, aumentando los costos y esfuerzos de adaptación. A su vez, la adaptación permite a las sociedades y ecosistemas ser más resilientes mientras se avanza en la transición hacia una economía baja en carbono.  Organizaciones como el Green Building Council, Mar y Comercio, Climate Lead Group, el Instituto Tecnológico, y la Fundación Aliarse se aseguran de investigar, aportar conocimiento, promover buenas prácticas, y fomentar la ciencia y tecnología como elementos claves para la descarbonización y adaptación.